Tras el rotundo éxito de «Mulholland Drive» muchos se preguntaban que sería lo siguiente del siempre insólito David Lynch.
Poco antes de estrenarse «INLAND EMPIRE» y con ese ambiguo y extraño sentido del humor que caracteriza al director, adelantó que su siguiente film trataría sobre una mujer en problemas. Tan sólo eso.
Tras un rodaje que duró más de dos años (Lynch dirigía la película como un puzzle, grabando escenas que le venían a la mente) y muchísimas conjeturas acerca de la sinopsis o el hilo argumental de su siguiente obra, ésta se estrenó finalmente en el año 2006.
El argumento en un principio parece sencillo: Una actriz (Laura Dern) consigue un papel en una importante película que en realidad se trata de un remake inacabado por considerarse maldito. Pero una película de David Lynch siempre irá mucho más allá de historias convencionales y lo que parece una sinopsis sencilla se transforma poco a poco en una pesadilla de imágenes inconexas, de sueños e imaginaciones, de frustraciones y engaños, de deseos y obsesiones.
Lynch logra con «INLAND EMPIRE» introducirse en una amalgama de sensaciones reales e imaginarias, plasma con su cámara digital el terror de lo que va más allá de lo que pueden ver nuestros ojos en el mundo que nos rodea.
Nikki Grace (Laura Dern) se ve desdoblada entre sí misma, el papel que interpreta en el film, lo que podría haber sido y lo que también pudo haber sido.
Esta suma de personalidades sumergen al espectador en una pesadilla donde nada es lo que parece y donde nada parece tener sentido ya que ni ella misma es capaz de discernir la realidad de la fantasía, el cine de su propia vida.
Como si no fuese suficiente con esto, Lynch incluye pistas o mejor dicho falsas pistas para despistar aún más al espectador (un reto apasionante que la mayoría confunden con tomadura de pelo) como secuencias de su obra «Rabbits» donde los conejos de grandes cabezas parecen saber mucho acerca del misterio que rodea a la protagonista.
Sería imposible afirmar de manera concisa que se ha entendido la estructura del film o que se ha llegado a averiguar cada extraña forma de esta película hasta poder desgranarla y darle una forma más comprensible.
«INLAND EMPIRE» es una película muy oscura, llena de recovecos, incomprensible para cualquiera y no por ello deja de ser una obra importantísima de la filmografía de su director. El mérito radica en que sus imágenes, su música (compuesta por el propio Lynch) y sus secuencias de rompecabezas logran impactar al espectador. O la amas o la odias, no hay término medio. Si tienes la fortuna de amarla te atrapa en sus redes y te pierdes en esos terribles laberintos sin salida donde nada es lo que parece y donde a cada paso que das te encuentras cada vez más y más perdido.
Como en el mundo de los sueños, la aventura radica en no saber como acabará ese viaje. Con «INLAND EMPIRE» pasa exactamente lo mismo. Lo importante es vivir el sueño y dejar a un lado la realidad durante tres horas de metraje.
Un año después de su estreno, David Lynch presentó un film titulado «More things that happened» donde añadió metraje que se quedó fuera de la obra inicial. Sólo recomendable para los amantes de su predecesora, en una hora y veinte minutos volvemos a sumergirnos de nuevo en el particular universo de «INLAND EMPIRE».