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Kenneth Anger (Kenneth Wilbur Anglemyer) nació en su amado/odiado Hollywood en el año 1927. Muy relacionado desde pequeño con el mundo del espectáculo, sus padres eran actores, actuó en el cine por primera vez a la edad de cinco años en la película de Max Reindhart, Sueño de una noche de verano.

En la adolescencia comienza a filmar sus propias películas, todas ellas rompedoras en su estilo tanto a nivel visual como a nivel musical.

Auténtico rey del cine undreground, el trabajo por el que empieza a ser reconocido e imitado es Fireworks, que a día de hoy es un referente absoluto.

Todas sus películas tienen una duración que no suele exceder de la media hora, exceptuando una de sus obras clave, Lucifer Rising, que ronda los cuarenta y cinco minutos.

En la mayor parte de su filmografía (veintiséis películas hasta la fecha) se reconocen diversos símbolos ocultistas, referencias marcadamente homosexuales y colaboraciones pseudo-estelares.

Algo que a día de hoy nos puede resultar algo muy común, pero hay que tener en cuenta que sus trabajos se remontan a la década de los sesenta.

Absolutamente arriesgado, atrevido y con un estilo que ha influido a grandes directores actuales (como es el caso de Martin Scorsese o David Lynch que han reconocido sentirse influidos por la obra de Anger en mayor o menos medida) Kenneth Anger es uno de los cineastas más atractivos y diferentes que jamás han existido.

Con una tremenda obsesión por el ocultismo, en especial por el denominado La Bestia 666, Aleister Crowley, Anger ha utilizado sus conocimientos en este mundillo para dotar a sus cortos de un aire tan oscuro y esotérico que parece traspasar la pantalla, como es el caso de Invocation of my demon brother o Lucifer Rising.

Aún con su trayectoria cinematográfica única y excepcional comienza a ser reconocido en el mundillo del cine por la publicación de sus libros Hollywood Babilonia 1 y 2.

Como en una revista de cotilleos (por supuesto con una calidad literaria más que correcta y unos datos más que documentados) Anger mostraba al espectador del cine hollywoodiense el lado más oscuro de este mundo. Donde lo común no son los flashes de las fotos en los estrenos o las alfombras rojas y el glamour; sino las envidias, los recelos, los suicidios y los asesinatos.

La publicación de ambos libros le provocó serios problemas con la industria de Hollywood, pero Kenneth Anger siempre ha hecho lo que ha querido y afortunadamente jamás se ha vendido a las grandes productoras de cine.

Sin embargo y pese al revuelo que ha causado y aún causa en ciertos sectores su trabajo cinematográfico o literario (llegó a escribir un libro con el fundador de la Iglesia de Satán, Anton LaVey) Kenneth Anger sigue siendo para la gran mayoría un director casi desconocido. Algo que debería cambiar dado el impacto de su obra en el cine actual y la incuestionable  calidad de las mismas.


En el año 1981, tras veinte años de cientos de rumores, historias locas y anécdotas extravagantes se estrenó el film más representativo de Kenneth Anger «Lucifer Rising».

Para hablar del proceso de esta película tenemos que remontarnos a los años sesenta, cuando Anger ideó una película que reuniera su obsesión por Aleister Crowley, el ocultismo, la simbología más extraña, los ovnis, el antiguo Egipto y el advenimiento de la Nueva Era.

Corría el año 1967 y Kenneth Anger ya había creado la que se considera la obra cumbre del cine underground «Scorpio Rising».

Su mejor amigo (y amante según muchas fuentes) Bobby Beausoleil sería el encargado de componer la música para la película y al mismo tiempo protagonizaría el film. Pero por motivos que nunca se supieron, ambos tuvieron una gran pelea y Beausoleil robó el metraje del film y lo enterró en algún lugar del desierto.

Ya en los setenta, Anger seguía con su proyecto en mente, obsesionado con llevarlo a cabo. Contactó con el guitarrita de Led Zeppelin Jimmy Page que al igual que Anger sentía una enorme admiración por el mago Aleister Crowley. Pero abandonó el proyecto poco después por causas desconocidas (aunque aparecería finalmente pero sin acreditar, como el resto del reparto).

Kenneth Anger contactó con Mick Jagger para el papel protagonista, el de Lucifer, pero a causa de su negativa se tuvo que conformar con su hermano, Chris Jagger.

La relación entre el director y el actor fue muy complicada, al día siguiente de la llegada de Chris a Egipto, Anger lo envió de vuelta a Londres.

El papel de Lilith lo aceptó Marianne Faithfull, quien tras finalizar su compromiso cinematográfico no dudó en tildar a Anger de endiosado, mal director, ignorante y asesino. Esto último debido a una secuencia que tuvo lugar en Alemania donde Faithfull debió subir más de doscientos escalones de un templo neolítico con el sol sobre su cabeza y deshecha por el síndrome de abstinencia tras abandonar la heroína.

En la película puede verse como tras llegar a lo más alto del templo, se tambalea y casi se desmaya. Fue ingresada en un hospital por conmoción cerebral y lo que no pudo creer es que Anger utilizase esa toma para el montaje definitivo.

El director de cine Donald Cammell (Performance) interpretó el papel de Osiris y el propio Anger interpretó el papel de «El Mago».

El resultado final de «Lucifer Rising» dista mucho del resto de la obra de Anger, aunque posee cierto encanto underground y la posibilidad de ver en una sola película verdaderas estrellas de la talla del ya mencionado Donal Cammell, Marianne Faithfull, Kenneth Anger… y nada más aparecer los créditos vemos que la música fue compuesta por Bobby Beausoleil quien realizó su trabajo desde la prisión de San Quintín, dándonos a entender que finalmente hubo reconciliación entre esa extraña y atípica pareja.

Sólo por el hecho de conocer el resultado final de esa película que parecía eternamente inconclusa, cualquier espectador amante del cine underground debería visionar esta obra que aunque irregular y algo densa tiene un halo de misterio y misticismo que traspasa la pantalla.

Las tomas de las pirámides de Egipto, la Montaña de la Estrella, el cráter de un volcán a punto de entrar en erupción, esa música atronadora y terrorífica de Beausoleil y finalmente esa llegada de platillos volantes que rodean la Gran Esfinge de Gizeh junto con otros múltiples detalles visuales igualmente hermosos y extraños hacen de «Lucifer Rising», la gran obra de un gran director incomprendido pero libre y brillante aunque oscuro y misterioso.