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El mérito de John Waters no se limita sólo al terreno cinematográfico. John Waters era el mejor caza talentos del mundo.

No hay más que recordar a nuestra amada y recordada Divine para darnos perfecta cuenta de ello. Fue Waters quien nos la descubrió y quien supo explotar su lado más artístico y psicotrónico.

Pero aparte de Divine hubo otra mujer en el universo Waters que la superaba en cuanto a autenticidad e inocencia casi infantil, y esa mujer fue la gran Edith Massey.

Descubierta por John Waters en el bar de Baltimore donde solía acudir con sus amigos y donde Edith trabajaba como camarera, Waters sintió que esa extraña mujer con esa curiosa voz nasal y esa boca desdentada podía ser incluída en sus películas.

Inmediatamente la fichó para Multiple Maniacs, donde interpreta a una bailarina de claqué (dado el tamaño de Edith Massey y su más que notable exceso de peso, nos damos perfecta cuenta del humor negro de John Waters).

En su siguiente colaboración con Waters, fue cuando la gran Edith Massey pasó a la historia. Y fue, como no, con Pink Flamingos. En ella interpreta a Mama Eddie, la madre de Divine. Comedora compulsiva de huevos que duerme en una cuna de bebé, ese personaje se ha convertido en un verdadero mito underground del séptimo arte más bizarro, y con razón.

Tras Pink Flamingos, colaboraría en varios films de Waters: Cosas de hembras, Desperate Living y Polyester.

Pero su carrera artística no sólo se limitaría a la interpretación. A finales de los años setenta, Edith Massey se convirtió en líder y vocalista de un grupo punk llamado Edie and the Eggs.

Su imagen como cantante de un grupo punk no tenía precio. Vestida con un ceñido traje negro de cuero que dejaba entrever sus michelines, maquillaje gótico exagerado y una araña de goma pegada en la cara, Edith demostró que el éxito, el amor del público y la felicidad van mucho más allá del aspecto físico. Al contrario, hay que servirse de él para triunfar.

Poco después abre una tienda en Baltimore de artículos de segundo mano llamada Edith’s Shopping Bag, que tendría muchísimo éxito dado el número de fans con los que contaba en el auge de su carrera artístico-musical.

Cuando se acentúan sus problemas de salud, se traslada a California donde vuelve a abrir otra tienda de artículos de segunda mano. Y es también allí donde le llegaría su última colaboración en una película en el mismo año de su muerte, en 1984.

La película fue Mutantes en el paraíso, primera película en la que actuaba que no fue dirigida por John Waters.

Hay disponible un corto documental de catorce minutos rodado en el año 1975 dedicada a la gran actriz underground con el título «Love letter to Edie».

Disponible un pequeño extracto en Youtube y también en diversas páginas de descarga, Love letter to Edie es un homenaje en vida a una figura tierna, cálida y sensible que ha sido querida por una auténtica legión de fans a lo largo y ancho del mundo.

Larga vida al recuerdo de Edith Massey y larga vida a John Waters por descubrirla.

Cosas de hembras; cosas de Waters

Publicado: 27 enero 2010 de trasho80 en Cine
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Dos años después de sorprender a medio mundo con «Pink Flamingos», John Waters se volvió a embarcar en otro proyecto que si no igual de repugnante y explícito, sí que tenía en común con la anterior su característico humor zafio y ácido.

«Cosas de hembras» narra la historia de Dawn Davenport (interpretada por Divine) que huye de su casa el día de navidad porque sus padres no le regalan los zapatos que ella quería. Tras acostarse con el primer autoestopista que la recoge (también interpretado por Divine) Dawn se queda embarazada y comienza una carrera criminal en compañía de dos amigas. Dawn se casa con un peluquero sobrino de una vecina gorda y loca (genial Eddith Massey) aficionado a introducir herramientas de mecánica en sus actividades sexuales. Tras divorciarse de éste y conocer a una pareja dueña de un salón de belleza que la quiere lanzar como modelo fotográfico y de pasarelas la película continúa con un sinfín de giros de guión absurdos, extraños y desternillantes.

Asesinatos, desfiguraciones con ácido, amputación de una mano, genitales masculinos en primer plano, menciones sobre pederastia y asesinos en serie, maltrato a menores…

La película es un despliegue de todo lo que le apasiona a John Waters (en este caso le dedica la película a Charles Watson, otro de los asesinos miembros de la familia Manson).

Divertidísima, socarrona, gamberra y brutal, «Cosas de hembras» es de las mejores películas de Waters, con sketches y frases que por sí solas darían para escribir un libro.

Recientemente y por primera vez en nuestro país se ha editado esta película en un pack que incluye también «Pink Flamingos» a un precio mas que asequible.

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John Waters: ODORAMA

Publicado: 20 enero 2010 de peppermintfrappe en Cine
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En el año 1981 John Waters rueda “Polyester” donde se aleja de su estilo guarro y underground para rodar una película que casi se podría considerar “para toda la familia”.
Y si decimos casi, es porque aún conservando su toque personal gamberro y desenfadado (un padre adicto a la pornografía, su hijo es yonki y su hija una ninfómana…) no recurre a imágenes escabrosas o a secuencias solo para adultos.

Muchos fans de Waters se sintieron decepcionados con este film, pero el Príncipe del Vómito aun podía sorprendernos. Y la sorpresa que se guardaba para este film fue el ODORAMA.

Un sistema único, el ODORAMA era una tarjeta que se entregaba a la entrada del cine, llena de numeritos que debían rascarse en el instante en que el número correspondiente aparecía en la pantalla.

De este modo olías en la tarjeta lo mismo que los personajes en la película, pero claro, siendo una obra de Waters los olores eran de pedos, comida podrida, mierda…

Y a partir de entonces llegó el punto de inflexión para John Waters, ya que los grandes estudios se apoderaron de su carrera, no ha perdido la irreverencia, sigue siendo el que siempre fue, pero echamos de menos la libertad con la que nos golpeaba y nos escupía nuestro vulgar conformismo.

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Los cortos con los que John Waters comenzó su andadura ya hacían a uno hacerse una idea de lo que vendría después. 

Su primer corto lo rodó con dieciocho años con el título de “El putón de la cazadora de cuero negra”, una historia tan sencilla como disparatada filmada en super 8.

En ella una chica blanca y un chico negro son casados por un miembro del Ku Klux Klan. 

Su siguiente trabajo fue “Roman Candles”, que no es precisamente una película; es una suma de escenas sin ningún tipo de sentido ni orden cronológico donde por primera vez Divine trabaja con Waters. Homosexuales, freaks, drogas y sexo campan a sus anchas en este film. 

Tras comprarse su primera cámara de 16 mm rueda “Cómete tu maquillaje” que cuenta la historia de una loca y su ayudante que secuestran modelos y las hacen desfilar hasta morir. 

En los setenta, rueda el que es su último corto “La historia de Diane Linkletter” en la que se basó en la historia real de una joven que se suicida tras experimentar un mal viaje de LSD, donde Divine interpretaría el papel de la desgraciada chica. 

Desgraciadamente estas joyas del cine underground son casi imposibles de visionar, pero muchas otras películas suyas como “Mondo Trasho” o la que da nombre a este blog “Multiple Maniacs” son igual de interesantes e insólitas.
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Pink Flamingos: suciedad y depravación

Publicado: 18 enero 2010 de peppermintfrappe en Cine
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Restos de perversión humana con elementos extraños. Monstruosa.”

( New York Times)

“Seguramente una de las películas más viles, estúpidas y repulsivas.”

(Variety)

“Obscena, sinvergüenza, que Dios perdone a los responsables por tramar tan vulgar y ofensivo desorden.”

( Philadelphia Daily News)

Sí, Pink Flamingos es sin duda todo lo citado anteriormente y probablemente se queden cortos. Esta película es única, jamás nadie podrá realizar de nuevo algo similar a esta obra del director John Waters.

Su sinopsis es de lo mas sencillo:

Divine, bajo el pseudónimo de Babs Johnson vive en una caravana rodeada de flamencos rosas de plástico con su madre, su hijo y una amiga. Recientemente un periódico local la ha nombrado “la persona mas inmunda del mundo”, pero los Marble, un matrimonio depravado y celosos de la fama de Divine deciden robarle su puesto de la persona mas inmunda del mundo.

Nunca una historia tan sencilla trajo consigo tal cantidad de imágenes grotescas y repulsivas: exhibicionismo, travestismo, coprofagia, canibalismo, hermafroditismo y un largo etcétera.

A pesar de todo esto o puede que por todo esto “Pink Flamingos” ha pasado de ser una película underground que sólo se exhibía a medianoche en determinados círculos a ser incluida en el Museo de Arte Moderno de Nueva York o a ser repuesta veinticinco años después con un enorme éxito de público.

¿Quién no ha visto alguna vez la imagen de Divine vestida con un traje rojo, con sus ojos pintados hasta la mitad de su cabeza afeitada blandiendo un revólver?

Esto nos hace hacernos una idea de lo lejos que llegó John Waters con este film.

La película está llena de guiños a los miembros de la familia Manson, enorme debilidad de John Waters que no duda en dedicar “Pink Flamingos” a tres de esas jóvenes súbditas de Charles Manson, así, nada mas empezar vemos en la pantalla “Dedicado a Sadie, Katie y Les”.

En otra ocasión mientras Divine pasea por las calles de Baltimore vemos una pintada que pone: FREE TEX WATSON (otro miembro de la familia Manson) y los Marble tienen en una mesita de su salón una fotografía enmarcada de Susan Atkins.

Todo el equipo técnico y artístico eran amigos del propio Waters, lo que nos hace ver que su actitud y el contenido escandaloso de su cine no es un reclamo publicitario, es su estilo de vida.

Mas recordada por la famosa escena en la que Divine come mierda de perro que por otras que pueden incluso superar en asquerosidad la citada escena, “Pink Flamingos” es un cine hecho sin pretensiones, con mucha mala leche y muy poca o ninguna vergüenza.

Si alguien se siente afectado o asqueado tras ver esta película debería pararse a pensar en una frase dicha por el propio Waters: Para entender el mal gusto, hay que tener muy buen gusto.

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